Hace una década, unas de las principales preocupaciones de los
docentes, expertos y técnicos, consistía en que las tics estuvieran disponibles
en los centros y aulas. La existencia de ordenadores obsoletos, de redes e
infraestructuras hacia que fuera un obstáculo para la puesta en marcha del
proyecto educativo. La dotación y el alcance de las tics, varía de unas
comunidades autónomas a otras. Al haber aumentado, el número de ordenadores en
los centros de educación secundaria, ha aumentado la formación del profesorado
debido al desarrollo de cursos para la utilización de estas tecnologías. La
media española, del acceso y disponibilidad a internet es de un 81%, lo que
sitúa a nuestro país en el puesto 10 sobre un total de 27 países. Hay un gran
inconveniente, es que la tecnología por sí misma no genera aprendizaje de forma
espontánea sino que depende de los fines educativos, de los métodos
didácticos y de las actividades que
realizan los alumnos con los ordenadores en el aula. El alumno aprenderá porque
el docente le plantea actividades que el alumno tiene que resolver empleando la
tecnología.
Algunos principios que el profesorado tiene presente, cuando
planifica y desarrolla actividades educativas son:
En primer lugar, los ordenadores no generan una mejora entre
enseñanza y aprendizaje .La calidad educativa no depende de la tecnología
empleada sino del método de la enseñanza.
En segundo lugar, las tics deberían ser utilizadas para la
organización y desarrollo del proceso de aprendizaje, de naturaleza socio-constructivista.
Por ello la tecnología debe ser un elemento mediador que debe construirse y la
actividad que debe realizar el alumno.
En tercer lugar, la tecnología informática permite manipular,
almacenar, distribuir y recuperar con facilidad y rapidez grandes volúmenes de
información.
En cuarto lugar, las tecnologías son recursos importantes para
la comunicación entre las personas. En el ámbito educativo las tics permiten
que el alumno para trabajar con otros grupos de alumnos pertenecientes a otra
zona geográfica. Podemos distinguir una serie de recomendaciones derivadas de
los cuatro principios anteriores:
1. Un docente, siempre debe tener en mente cuando
planifique el uso de las tics que es lo que lo que van a aprender los alumnos y
en qué medida la tecnología sirve para mejorar la calidad del proceso de
enseñanza.
2. Un profesor, debe ser consciente de que las tics
no generan automáticamente innovación educativa.
3. Se deben utilizar las tics, de forma que el
alumno aprenda haciendo cosas con las tecnologías, como por ejemplo, ver
vídeos, trabajar en equipo, leer documentos…
4. Cuando llevemos al alumno al aula de informática
debe evitarse la improvisación, ya que es importante tener planificado el tiempo, las tareas, etc
El tipo de actividades a desarrollar con las tics podrían
clasificarse según el grado de simplicidad o complejidad intelectual y
pedagógica. De este modo, podemos identificar tres tipos de actividades a
desarrollar con las tics.
Actividades simples, complementarias de otras actividades.
Actividades complejas, que implican más tiempo y más organización y actividades
desarrolladas en entornos virtuales.
Como conclusión, no todo lo que se realice con el ordenador en
el aula es válido desde un punto de vista pedagógico. La tecnología por si
sola, no innova ni nos convierte en mejores profesores, prueba de ello es que
existen prácticas de utilización de ordenadores, pizarras digitales o internet.